Está acusado de haber asesinado en 2014 a la estudiante universitaria chilena Nicole Sessarego Bórquez. Adelantó que mañana en el juicio oral por el caso se declarará culpable.
Lucas Azcona, el acusado de haber asesinado en 2014 a la estudiante universitaria chilena Nicole Sessarego Bórquez en el barrio porteño de Almagro adelantó que mañana en el juicio oral por el caso se declarará culpable, afirmó que no recuerda nada del momento del hecho y aseguró que el turco Camberk Teber, ex novio de la víctima, es inocente.
La primera audiencia del debate está prevista para las 10 en la sala del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 15, ubicada en el octavo piso de Lavalle 1171 de la Capital Federal.
Con la intervención de la fiscal Dafne Palópoli, los jueces Adrián Martín, Hugo Decaria y Patricia Llerena escucharán los días jueves y viernes a unos 60 testigos, entre ellos la madre de la chica, Shirly Bórquez.
Azcona (23) adelantó esta tarde al canal de noticias que se declarará “culpable” ante el TOC 15 pero aseguró no recordar nada del hecho, en tanto que consideró “completamente inocente” a Teber (32), ex pareja de Nicole (21), quien aunque fue sobreseído sigue bajo sospecha de la familia de ella.
Además, el joven que llega al juicio detenido por el delito de “homicidio agravado por odio de género”, sostuvo que los peritos que diagnosticaron ese agravante “están completamente equivocados” y valoró la relación con sus “cuatro hermanas menores” a quienes dijo querer “demasiado”.
Por su parte, la madre de la estudiante dijo desde Chile que tiene “toda la fe del mundo” y que lo toma “como un trámite” porque ya no puede hacer “nada” por su hija. “Espero que los jueces hagan su trabajo y la condena sea la más alta posible“, afirmó la mujer, aunque aclaró que no confía en la Justicia argentina.
Consultada sobre el accionar de Azcona, dijo que le cuesta creer que una persona pueda proceder “con odio hacia las mujeres” y que “nunca” va a entender lo que le sucedió a su hija, que estudiaba periodismo en Buenos Aires por un intercambio estudiantil.
La abogada de la familia, Patricia Anzoátegui, sostuvo que “se pudo probar que Azcona estuvo en el lugar del hecho porque se cortó y se encontró su ADN allí” y recordó que hay varios compañeros de su trabajo como empleado de limpieza en un hospital que el día del crimen lo vieron lastimado en la mano.
La letrada aún tiene dudas sobre la posible participación en el crimen del ciudadano turco Teber pero no podrá plantearlo en el debate porque fue sobreseído en dos ocasiones por el juez de instrucción Luis Zelaya.
A su turno, el abogado de Azcona, Julio Borgo, adelantó que no va a objetar la autoría del hecho, sino que planteará que se trató de un “homicidio simple” luego de que su cliente tuviera un “brote psicótico”. “El odio de género es una figura reciente y hay que demostrarla. A mi entender, no hay pruebas de esto, así que si bien él fue, tampoco hay que achacarle algo que no es”, acotó Borgo, quien no descartó que Azcona declare ante los jueces.
El defensor adelantó que tampoco planteará que su cliente sea “inimputable”, sino que está realizando un tratamiento psicológico y psiquiátrico en el Programa Interministerial de Salud Mental Argentino (Prisma) de la cárcel de Ezeiza porque “se obnubila”.
Nicole fue hallada asesinada a las 7 del 15 de julio de 2014 por un chico que salía rumbo a la escuela y encontró su cadáver tendido en el hall principal del edificio de Don Bosco 4109, de Almagro.
La joven, que había llegado al paí¡s desde Valparaí¡so para estudiar Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Buenos Aires (UBA), tenía las llaves de la puerta en la mano cuando fue hallada asesinada.
Durante la investigación, fueron demorados varios sospechosos y sometidos a estudios de ADN, entre ellos Teber, que dieron negativo.
Finalmente, mediante el análisis de las cámaras de seguridad de la zona, los pesquisas pudieron identificar a un joven y, al ser difundidas las imágenes en televisión, fue la propia hermana de Azcona quien lo reconoció y el padre quien lo entregó a la Justicia.
El joven fue sometido a análisis genéticos que lo vincularon al crimen, ya que se halló su sangre en el lugar del hecho y en prendas de vestir que usó esa madrugada.
Luego, el juez Zelaya lo procesó como autor de “homicidio agravado por haber sido cometido en razón de odio de género”, figura que se aplicó por primera vez desde su incorporación al artículo 80, inciso 4°, del Código Penal en 2012 y tiene pena de prisión perpetua.
En la instrucción, se dio por acreditado que ese día Azcona iba a trabajar y cerca de la estación Castro Barros de la línea A vio a la víctima, que volvía de bailar en el centro y tenía las características físicas de otras mujeres que habría atacado sexualmente cerca de su domicilio en la localidad bonaerense de San Francisco Solano.